3 de julio de 2011

Una batalla perdida... pero no me rindo

Ayer perdí una batalla, en contra de mi corazón. Una batalla, sí, pero no la guerra.

He perdido la batalla, pero no la guerra.
No tiraré tan pronto la toalla, por ti.

Sigo adelante con lo que propone mi corazón, seguir dando guerra hasta que se desangré por efecto del amor que siento hacia ella.

Me duelen los versos escritos esta mañana, pero así siento mi interior no te culpó, pero así es la vida.

Pero mira que eres puta... Vida.
Los versos que escribo, son extremidades de mí reflejan el amor que te tengo, y me gustaría que tú lo sintieras hacia mí, necesito tiempo para plantearme la estrategia a seguir.

Lo primero que he de hacer es conocerte a fondo, sin presionarte ni que te cierres en banda.

Sin que te sea mucho más largo esta bitacora, el poema: AMOR Y ODIO.

No abras tus labios, necio, Ni gires hacia mi tu rostro; a furia del cielo te derribará, Entonces mi gracia será tuya. Borra tu sombra de mi camino, Y no derroches vanas plegarias; El salvaje viento puede insinuar tu canto, Más nunca rogaré que te quedes. Llévate lejos esos falsos ojos oscuros, No los demores sobre mi rostro; Te amé con gran amor, y ahora un gran odio, Lúgubremente, se sienta en su lugar. Todos los cambios pasan como un sueño, Yo no canto ni rezo; Tú eres el árbol venenoso. Que huyó con mi vida lejos. 
El Pagano, Conde de la Eternidad. 20:02 h.

Huyó del lugar, a todo galope hacia mi Castillo de soledad y tristeza, tengo que cerrar las puertas hacia otros lugares.

3 de Julio de 2011. 20:00 H

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