9 de marzo de 2012

Cuando acabe todo...


Tengo ganas de que todo esto se acabe porque no acabo de comprender de que nunca voy a ser normal, un chico con ambiciones normales, aunque por raro que parezca.


Porque no puedes mirarme con los mismos ojos que cualquiera, porque me debéis destrozar la vida y en conclusión mi propia existencia, porque...

No entiendo nada de lo que me hacéis, porque me tenéis que llamar de mi nombre para no decirme nada, y vuelta otra vez, pero que solo quiero ser normal.

Por normal quiero decir, ser normal, ser un chico que la vida le vaya medianamente bien, con las complicaciones de la vida pero ya no más, tener a una chica a mi derecha a la cual amaré con locura como he hecho en el pasado, y que estuve llorando su pérdida.

Es tan raro que escriba poemas en la soledad de una luz y una mesa, versos que si me dierais una sola oportunidad, de poder susurraroslos en el preciso instante a vuestro oído, os impresionaría con la delicadeza de las palabras en su estado más natural y armonioso.

Me hice una promesa de no volver a llorar cuando escribiera delante de este ordenador pero soy incapaz de terminar esta promesa con éxito, me desplomo cada vez que intento escribir un artículo para vosotros y así desahogarme de tanta frustración que llevo dentro por no poder hacer nada, porque soy un cobarde.

No tengas miedo a fallar, ten miedo a no intentarlo.

Tengo miedo a tantas cosas, han sido ya muchas negativas después de ese noviembre de hace dos años tan fatídico que no quiero ni volver a mencionar, desde ese mes empezó todo a irse al gran vacío, toda mi realidad se fue hacia la nada.

Me he montado alrededor mío, una pura fantasía de realidad alternativa, mis novelas han cobrado vida en mi propia vida en la presente, ya no se ni que vida distingo. Tantas veces he querido destruir esa vida que en realidad no existe y nunca ha existido, desde el momento que me he dado cuenta de esta realidad, la mía, me siento fatal.

Tantas ganas tengo de desmontarla pieza a pieza, que me faltan manos para poder terminar de borrarla de mi ser.

Nadie puede escapar de su propia historia.

Porque no puedo acabar ya con esto, de una puta vez y me dejáis en paz todos, todos vosotros inútiles que solo queréis que mi vida sea lo más parecido a una cárcel, porque no dejáis que viva sin que tenga que aguantar una risa más, porque no os borráis de mi mente, fantasmas de mi vida porque no salís de ella y me dejáis tranquilo, por esta vida.

Lloro desconsoladamente por no poder hacer nada ya por mi vida, no se ni ya lo que escribo, llevo tanto tiempo delante de cuadernos y tinteros que creo que mi mayor error fue intentar hacer algo que no debería haber descubierto de mí, el don que tengo para utilizar estas mismas palabras que escribo.

Estas palabras que escribo ahora son el reflejo de mis sentimientos y mi parecer en la vida, me duele tanto que nadie se fije en mí, ni en mis propias palabras, solo pretendo tener una oportunidad en el amor.

Creo tener la respuesta mi propia autoestima esta por los suelos, y ojala pudiera meterme en una de esas burbujas y huir para siempre de este mundo. No me adapto a nada, ni a nadie, soy lo más cercano a un niño.

En que cabeza entra que sea un hombre de 19 años que pretende irse el año que viene a estudiar fuera, sino soy capaz ni de controlar mis propios sentimientos.

Enmascaramos la tristeza en el cansancio natural.

Hoy por hoy, estoy en lo más profundo de mi ser ya no tengo fuerzas para poder seguir escalando esta montaña, creo que me voy a dejar morir aquí en este punto. Creo que ya no sirve de nada volver a alzar mi estoque para luchar.

9 de marzo de 2012.

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